El vidrio templado es un vidrio de seguridad al que mediante tratamiento térmico se le  incrementa la resistencia a las tensiones de origen mecánico (flexión, choques…) y térmico (diferencias de temperatura), sin alterar las  propiedades espectrofotosimétricas del producto base. El vidrio templado térmicamente es aproximadamente cuatro veces más resistente que el vidrio recocido del mismo espesor y configuración

Posee un excelente comportamiento mecánico en resistencia a impactos, a la flexotracción y a las tensiones térmicas, soportando unas diferencias de temperatura que pueden llegar a alcanzar los 200º C 

¿Cuál es la diferencia entre vidrio termoendurecido y vidrio templado? ¿Cuál es la mejor opción para mi cerramiento?
Los vidrios termoendurecidos y templados se fabrican mediante un proceso similar y con el mismo tipo de maquinaria. La única diferencia es que, durante la fabricación, se aplican distintos niveles de tensión inducida al producto. Como resultado, el vidrio templado se rompe en trozos relativamente pequeños e inocuos, por lo que se considera un material de seguridad al cumplir las exigencias de la normativa europea. El vidrio termoendurecido se rompe en trozos más grandes, de forma parecida al vidrio recocido, y no se considera un material de seguridad, a menos que forme parte de un producto laminado.
En conclusión, el vidrio termoendurecido se puede instalar cuando no sea necesario un vidrio de seguridad.



Una ventaja del vidrio termoendurecido respecto del templado, es que tiene menos posibilides de que se produzca una rotura espontánea por inclusiones de Sulfuro de Níquel. Ya que durante el proceso de fabricación de este tipo de vidrio, el enfriamiento es más lento que durante la producción del vidrio templado. Por ello mismo, los niveles de compresión de las superficies del vidrio son menos sensibles a los cambios de tamaño de las inclusiones de Sulfuro de Níquel.

En cualquier caso, la rotura espontanea del vidrio templado sucede en rarísimas ocasiones y se debe a que el vidrio contiene pequeñas particulas de sulfuro de niquel que con el tiempo pueden aumentar de volumen un 2 ó 4 % lo que en ocasiones puede provocar tensiones que conducen a la rotura espontanea.
Sin embargo el vidrio termoendurecido no es un vidrio de seguridad, ya que se fractura igual que un vidrio normal, por lo que no siempre se puede sustituir por el vidrio templado.

Ambos tipos de vidrio son resistentes al choque térmico, ya que son más resistentes que el vidrio recocido. Sin embargo, a diferencia del vidrio recocido, no pueden cortarse ni taladrarse una vez tratados térmicamente, ni pueden modificarse (pulido de cantos, pulido con chorro de arena o grabado al ácido, por ejemplo) ya que esto podría debilitarlos y causar daños prematuros.

Los vidrios templados se utilizan en aquellas zonas donde el vidrio puede alcanzar altas temperaturas. Por ejemplo, en muros cortina en las zonas de los forjados, se deberían emplear vidrios templados, ya que normalmente son vidrios opacificados que absorven mucho calor.

Dado que su resistencia mecánica también es superior a un vidrio normal, se suelen emplear en las mamparas de ducha. Otras aplicaciones habituales son: marquesinas, cabinas telefónicas, mobiliario urbano, paneles informativos y publicitarios, pistas deportivas, puertas de entrada y de paso, frentes de armario, bandejas frigoríficas, vitrocerámicas, puertas de hornos…. También se instala vidrio templado en establecimientos comerciales para grandes superficies acristaladas, mostradores, defensas laterales de escaleras, expositores y mobiliario, buscando la seguridad física de las personas en momentos de fuerte afluencia de público